En este artículo ofrecemos un breve resumen de la Obertura Las Hébridas de Felix Mendelssohn, una de las obras del programa «Europa, el alma de sus paisajes» dirigido por Francisco Espinosa Naranjo.
El autor y su obra
Felix Mendelssohn (1809–1847) fue un compositor alemán del Romanticismo temprano, reconocido tanto por su virtuosismo como pianista como por su refinado sentido melódico y orquestal. Niño prodigio, escribió algunas de sus primeras obras maestras siendo aún adolescente. Su estilo combina la claridad del clasicismo con la profundidad emocional del Romanticismo. Además, Mendelssohn desempeñó un papel fundamental en la recuperación y difusión de la música de Johann Sebastian Bach, contribuyendo a la revalorización de su legado en el siglo XIX. Entre sus composiciones más conocidas se encuentran las sinfonías Italiana y Escocesa, el Concierto para violín, la obertura El sueño de una noche de verano, así como los oratorios Elías y Paulus.
Dentro de su catálogo, la obertura de Las Hébridas ocupa un lugar especial: no solo por su belleza, sino por ser una de las primeras obras en las que Mendelssohn explora el potencial expresivo de un paisaje natural convertido en música.
Inspirado por un viaje a Escocia
En 1829, con apenas 20 años, Mendelssohn emprendió un viaje por Escocia que le marcaría profundamente. Fue durante una excursión a la isla de Staffa, en las Hébridas interiores, donde visitó la célebre gruta de Fingal: una cueva marina formada por columnas de basalto que el oleaje hace resonar como una catedral natural. Fascinado por lo que vio y oyó, escribió a su familia desde allí, incluyendo en la carta un pequeño fragmento musical: los compases iniciales de lo que se convertiría en Las Hébridas.
La pieza fue revisada en varias ocasiones y estrenada en Londres en 1832. Aunque en un principio llevó el título de Die einsame Insel (“La isla solitaria”), Mendelssohn acabó eligiendo el más evocador Die Hebriden, añadiendo como subtítulo La gruta de Fingal.
Narración de un paisaje
La obertura sigue una forma sonata libre: comienza con un motivo ondulante que evoca el vaivén del mar y que sirve como eje de toda la pieza. A lo largo de la obra, Mendelssohn alterna secciones más calmadas con otras de mayor intensidad, como si el mar pasara de la quietud a la tormenta. El final no resuelve del todo: la música se desvanece suavemente, como si el oleaje siguiera sonando más allá del último compás.
Escucha esta obra en directo
Esperamos que este recorrido haya sido de ayuda para disfrutar más plenamente de esta obra maestra. Os invitamos a vivirla en directo en nuestros próximos conciertos de “Europa, el alma de sus paisajes”, donde interpretaremos nuestra versión de La obertura Las Hébridas de Felix Mendelssohn, resultado de meses de dedicación del Conjunto Orquestal Académico de Madrid.

Foto de Ginés Carvajal (sep 2024)